En el último quinquenio, el trabajo del intérprete de conferencias ha experimentado cambios significativos debido a la pandemia de la COVID y al consecuente auge de los eventos online e híbridos. Desde entonces, se han desarrollado nuevos modos y medios técnicos para prestar el servicio de interpretación según las relaciones de emplazamiento de los distintos interlocutores y las condiciones de trabajo de los intérpretes. Semejante despliegue se ha visto también impulsado por diversas tecnologías que han permitido mejorar e incluso, en determinados ámbitos, han pretendido remplazar la prestación de los intérpretes de conferencias.
Según aclara Barry Olsen en Multilingual, entre los distintos recursos tecnológicos que han propiciado este impulso, podemos distinguir tres categorías: medios técnicos para posibilitar el servicio de interpretación, herramientas que optimizan la prestación del intérprete y tecnologías pensadas para remplazar al intérprete.
El desarrollo tecnológico no solo se ha centrado en mejorar la prestación y el rendimiento del intérprete de conferencias (humano) y existen ya numerosos ejemplos en el mercado de plataformas que ofrecen servicio de interpretación simultánea mediante Inteligencia Artificial o motores de traducción automática, fenómeno que ha causado no poco revuelo en la profesión. La polémica está servida y no nos resta sino analizar el desarrollo de cada una de estas categorías en los últimos años y sus posibles repercusiones en la profesión del intérprete de conferencias.
Medios técnicos y tecnológicos que posibilitan el servicio de interpretación de conferencias
Como se ha dicho, la pandemia supuso un cambio de paradigma en el ámbito de los eventos y propició que empresas e intérpretes colaboraran para desarrollar nuevas herramientas con las que facilitar y optimizar las condiciones de la interpretación simultanea remota a fin de prestar el servicio de forma eficaz y en condiciones cognitivas similares a la modalidad presencial. Antes, determinadas complicaciones técnicas como las fallos de sonido o de sincronización podían no suponer un inconveniente en los eventos online, pero en la actualidad se imponen como condiciones de posibilidad para proporcionar una buena interpretación simultánea y, por ende, una comunicación multilingüe fluida, aspecto que ha obligado a las empresas con aspiraciones internacionales a invertir en las mejores herramientas de comunicación.
El crecimiento de plataformas y equipos con los que se inició la interpretación simultánea remota durante la pandemia se ha mantenido constante y, sobre todo, ha demostrado que la interpretación de conferencias en su modalidad híbrida ha venido para quedarse, tanto en el sector público como el privado.
En un principio, en el mercado de los eventos irrumpieron las plataformas especializadas en interpretación remota (asociadas directamente a empresas como KUDO, Interprefy, Interprenet, etc.), las cuales hubieron de afinar la tecnología de transmisión de la señal de audio y vídeo y las funciones de cabina virtual para permitir al intérprete funcionar como en una cabina física y no sufrir problemas auditivos por el mal sonido o estrés por la falta de acceso a un técnico. Semejantes plataformas fueron objeto de crítica por una parte de la comunidad de intérpretes, quienes adujeron que acabarían monopolizando el mercado en detrimento de las condiciones de trabajo de los intérpretes.
Por otro lado, las plataformas comerciales más conocidas hubieron de meterse en harina e integrar entre sus funciones la de interpretación de idiomas a fin de impulsar la inevitable comunicación multilingüe a escala global. La primera que lo hizo fue Zoom, lo cual le granjeó un puesto privilegiado entre los intérpretes de conferencias a la hora de ofrecer sus servicios en remoto de manera privada. A Zoom la siguieron Webex y Teams, ambas ya con función de interpretación, si bien la de estas dos últimas, de momento, no tan conocida ni utilizada por la comunidad de intérpretes debido a lo tardío de su integración.
Además de las plataformas, hay otro elemento que se ha revelado indispensable en la consecución de los eventos híbridos: el técnico de sonido o audiovisual. No cabe pensar en un evento híbrido sin un equipo experto de técnicos avezados en la integración de la interpretación simultánea en las múltiples combinaciones de la esfera presencial e híbrida y que cuenten con todos los medios técnicos y tecnológicos necesarios.
Herramientas que pueden optimizar o reemplazar el trabajo del intérprete de conferencias
Los motores de traducción automática y reconocimiento de voz han evolucionado de modo espectacular en los últimos años. Si bien en el decenio anterior semejantes tecnologías se antojaban un horizonte quimérico, hoy en día son dinámicas y prominentes. El reconocimiento automático de voz (ASR, por sus siglas en inglés) ha mejorado notoriamente y en la actualidad se ofrece con un índice de error cercano al 5 %, no muy distante de la precisión humana. La traducción automática neuronal (NMT) se ha impuesto sobre la meramente estadística y al parecer está reduciendo el tiempo necesario para su posproducción. Hay grandes modelos de lenguaje (LLM), como ChatGPT, que han crecido exponencialmente el último año y ofrecen mejoras en su modelo lingüístico cada pocos meses. Además, las tecnologías de texto a voz (TTS) también han mejorado y ofrecen voces más naturales e incluso la posibilidad de clonar la voz del hablante.
Determinadas empresas como InterpretBank o Cymo han visto en dichos desarrollos tecnológicos una posibilidad de optimizar la prestación del intérprete integrando en las herramientas de interpretación asistida por ordenador (CAI, por sus siglas en inglés) el reconocimiento de voz para ofrecer al intérprete en el transcurso de su trabajo y en tiempo real o bien la transcripción completa del discurso original, o bien únicamente las equivalencias de los términos que previamente haya introducido a modo de glosario y las cifras y nombres propios. Esta práctica permite aliviar gran parte de la carga cognitiva en el desempeño de su trabajo, la cual se puede emplear, pues, en buscar formulaciones más precisas o idiomáticas para el resto de elementos textuales. La idea esencial es servirnos de las nuevas tecnologías para optimizar la calidad de la prestación del intérprete humano.
Sin embargo, otras empresas están centrando los nuevos desarrollos en remplazar el trabajo del intérprete de conferencias, en lugar de mejorar su prestación. Bien es cierto que las traducciones de voz a texto son cada vez más precisas, y ya podemos encontrar su uso en los subtítulos automáticos que generan algunas plataformas como Zoom o Teams, y las traducciones de voz a voz en las reuniones multilingües son cada vez más rápidas y eficaces, lo cual parece dejar a los intérpretes en una posición frágil frente al crecimiento de las inteligencias artificiales en el sector de la interpretación de conferencias.
¿Qué sucederá en el futuro?
Por mucho que haya avanzado la IA, aún no podemos hablar de interpretación automática. La inteligencia artificial aún no es capaz de abordar todos los niveles lingüísticos y extralingüísticos necesarios para sumar en esa labor que llamamos interpretar. Sí puede dar lugar a una traducción automática de las palabras con asombrosa precisión en determinados ámbitos, pero no puede entender el contexto, el embalaje informativo, las referencias. Sigue encontrando dificultades para lidiar con las particularidades del habla, como los juegos de palabras y los errores voluntarios. No sabe por qué se dice lo que se está diciendo y, por tanto, no es capaz de reproducir el cómo se dice. Además, no detecta si se comete un error ni puede corregirlo en el momento, reflejo esencial para cualquier intérprete de conferencias.
Semejantes limitaciones hacen que las herramientas de inteligencia artificial sean un buen complemento, pero jamás un sustituto del trabajo del intérprete profesional en cualquiera de sus facetas. Cabe ser humilde y decir que no sabemos si serán capaces de hacerlo en el futuro. Además, sus diversas implicaciones en el ámbito de la propiedad intelectual hacen importante determinar un marco legal para su uso lo antes posible, a fin de garantizar los derechos de los humanos sobre las máquinas. De momento, lo suyo frente al cliente es mostrarle en qué medida afectará a los resultados de su evento primar los costes sobre la calidad de la interpretación.
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